NUESTRA DECLARACIÓN DE FE
En Gracia Abundante este es un resumen de nuestras creencias, que configuran nuestra Declaración de Fe:
- Creemos que las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son la Palabra inspirada de Dios y la autoridad final para toda la fe y la vida cristiana (Mateo 5:18; Juan 10:35; 17:17; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21).
- Creemos que el único Dios verdadero existe eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que éstas, siendo un solo Dios, son iguales en deidad, poder y gloria (Isaías 40-48; Salmo 104; Salmo 139; Mateo 10:29-31; 28:19; Hechos 17:24-28; 2 Corintios 13:14; Efesios 1:9-12; 4:4-6; Colosenses 1:16-17; Hebreos 1:1-3; Apocalipsis 1:4-6).
- Creemos que Jesucristo es Dios encarnado, plenamente Dios y plenamente hombre, que nació de una virgen, vivió una vida sin pecado, se ofreció como sacrificio sustitutivo por los pecadores y resucitó físicamente de entre los muertos al tercer día (Isaías 53: 1-12; Mateo 1:18-25; Juan 1:1-18; Romanos 8:34; 1 Corintios 15:1-28; 2 Corintios 5:21; Gálatas 3:10-14; Efesios 1:7; Filipenses 2:6-11; Colosenses 1:15-23; 2:15; Hebreos 7:25; 9:13-15; 10:19; 1 Pedro 2:21-25; 1 Juan 2:1-2; 3:8).
- Creemos que el Espíritu Santo es completamente Dios, igual al Padre y al Hijo, que imparte vida espiritual a través de la regeneración (el nuevo nacimiento), y que mora, guía, ilumina y capacita con gracia para vivir y servir piadosamente a todos los que vienen a la fe en Cristo, otorga dones y establece el orden para su oficio (Mateo 3: 11; Juan 1:12-13; 3:1-15; 15:26-27; 16:7-15; Romanos 8:9; 1 Corintios 12:12-13; 2 Corintios 1:21-22; Efesios 1:13-14; 5:18).
- Creemos que Satanás, originalmente un ángel grande y bueno, se rebeló contra Dios, llevándose consigo una multitud de ángeles. Fue expulsado de la presencia de Dios y está trabajando con sus huestes demoníacas para establecer su contra-reino de oscuridad y maldad en la tierra. Satanás fue juzgado y derrotado en la cruz de Cristo y, al final de la era, será arrojado para siempre al lago de fuego que ha sido preparado para él y sus ángeles (Mateo 12:25-29; 25:41; Juan 12:31; 16:11; Efesios 6:10-20; Colosenses 2:15; 2 Pedro 2:4; Judas 6; Apocalipsis 12:7-9; 20:10).
- Creemos que toda la humanidad (con la excepción de Jesucristo) nace sujeta al pecado y a la corrupción moral, y que por lo tanto son, por naturaleza y por elección, hijos de la ira, justamente condenados a los ojos de Dios, totalmente incapaces de salvarse a sí mismos o de contribuir de alguna manera a su aceptación con Dios. Así mismo, una humanidad creada como hombre y mujer, a imagen y semejanza de Dios, pero con diseños y roles diferentes, que se complementan el uno al otro para poder cumplir el plan perfecto de Dios. (Génesis 1-3; Salmo 51:5; Romanos 3:9-18; 5:12-21; Efesios 2:1-3).
- Creemos que somos justificados sólo por la gracia, sólo por la fe, sólo en la obra redentora de Cristo. No se requiere ninguna ordenanza, ritual, obra o cualquier otra actividad por parte de un individuo para ser salvo (Juan 1:12-13; 6:37-44; 10:25-30; Hechos 13:48; 16:30-31; Romanos 3-4; 8:1-17,31-39; 9:1-23; 10:8-10; Efesios 1:4-5; 2:8-10; Filipenses 2:12-13; Tito 3:3-7; 1 Juan 1:7,9).
- Creemos que el evangelio es la buena noticia de lo que Dios ha logrado para los pecadores a través de la vida, muerte y resurrección de su Hijo, nuestro Salvador, Jesucristo. El evangelio se centra en Cristo y no se proclama si su muerte y resurrección no son el centro de nuestro mensaje. La iglesia es responsable de la declaración de esta buena noticia y de la defensa de esta contra todos los que intentan distorsionar o redefinir sus verdades fundamentales. (Marcos 1:1; Lucas 24:46-47; Juan 3:16-18; Romanos 1:16-17; 1 Corintios 1:18-25; 2:2; 15:1-4; 2 Corintios 4:1-6; 9:13; Gálatas 1:6-9; 2 Timoteo 1:8-14; Judas 3-4).
- Creemos que la Iglesia es la Esposa de Cristo y está compuesta por todos los creyentes de cada época. La Iglesia es también el principal instrumento de Dios a través del cual está cumpliendo sus propósitos redentores en la tierra. Creemos que Dios ha llamado a la Iglesia a predicar el evangelio a todas las naciones, y especialmente a acordarse de los pobres y a atender sus necesidades mediante el sacrificio y el servicio práctico. También afirmamos el sacerdocio de todos los creyentes y la importancia de que cada cristiano se una y participe activamente en una comunidad local de los santos (Isaías 58:6-12; 61:1; Mateo 16:17-19; 28:18-20; Lucas 4:18; 21:1-4; Hechos 2:17-18,42; Gálatas 2:10; Efesios 3:14-21; 4:11-16; 1 Timoteo 6:8; Hebreos 10:23-25; 1 Pedro 2:4-5,9-10).
- Creemos que el Bautismo en Agua y la Cena del Señor son los dos sacramentos (u ordenanzas) de la iglesia que deben observarse hasta el tiempo del regreso de Cristo. No son un medio de salvación, sino que son canales sacramentales de la gracia santificante de Dios y de la bendición para los fieles en Cristo Jesús. Sólo aquellos que han puesto personal y conscientemente su fe en Jesucristo como Señor y Salvador están calificados para recibir los sacramentos (Mateo 26:26-29; 28:19; Romanos 6:3-11; 1 Corintios 11:23-34; 1 Pedro 3:21).
- Creemos que los cristianos vivirán por la eternidad en gloriosa comunión con su gran Dios Trino. Los que mueren sin Cristo sufrirán la separación eterna de la presencia de Dios. Por eso, afirmamos que los seguidores de Jesús pasarán la Eternidad con Jesús en su Reino, y todos los que rechacen a Jesús serán castigados con la separación eterna de la presencia de Dios. (Mateo 25:46; Lucas 16:19-31; Juan 5:25-29; 1 Corintios 15:35-58; 2 Corintios 5:1-10; Filipenses 1:19-26; 3:20-21; 2 Tesalonicenses 1:5-10; Apocalipsis 20:11-15; 21:1-22:15).
- Creemos en el Regreso y segunda aparición personal y física de Jesucristo cuando retorne a la tierra como Rey para consumar su reino y reinar con su pueblo por la eternidad, pero también a restaurar la Creación y a juzgar a los vivos y a los muertos (1 Corintios 15:20-28,50-58; Filipenses 3:20-21; 1 Tesalonicenses 4:13-5:11; 2 Tesalonicenses 1:3-12; Apocalipsis 19:1-21).
7 DISTINTIVOS DOCTRINALES
Así mismo, en Gracia Abundante acogemos estos 7 Distintivos Doctrinales como convicciones prácticas y teológicas en nuestra Iglesia:
1. Teología reformada
La Escritura presenta al Dios trino y glorioso como la fuente y el fin de todas las cosas (Romanos 11:36), obrando soberanamente todas las cosas según Su voluntad (Efesios 1:11). En el centro de los propósitos de Dios en el mundo está la exaltación de Su gloria mediante la redención de los pecadores (Juan 17:1–26). Con este fin, creemos que Dios escoge soberanamente a hombres y mujeres para que sean salvos a fin de mostrar Su inmensurable gracia y gloria (Efesios 1:3-6; Romanos 9:11). La gracia soberana de Dios en la salvación nos humilla, nos llena de gratitud y nos constriñe a adorarlo y compartir el mensaje de Su gracia a todas las personas.
2. Doctrina y predicación centrados en el evangelio
Creemos que el evangelio, las buenas nuevas de la actividad salvadora de Dios en Jesucristo, es el pináculo de Sus actos redentores (Efesios 1:9-12), el centro de la historia de la Biblia (Lucas 24 :44-47) y el mensaje esencial para nuestra fe, vida y testimonio (1 Corintios 15:3-11). Estamos comprometidos a predicar el evangelio, cantar el evangelio, orar el evangelio y edificar nuestras iglesias sobre el evangelio (2 Timoteo 4:2; Colosenses 3:16; Mateo 16:18). Nuestra esperanza en todo lo que hacemos no son nuestros planes u obras, sino la vida perfecta, la muerte sustituta, la resurrección victoriosa y la ascensión gloriosa de Jesucristo.
3. Pneumatología Continuacionista
Con el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, el propósito de Dios de morar con Su pueblo entró en una nueva era (Éxodo 33:14–16; Levítico 26:12; Juan 14:16–17; Hechos 2:14– 21). Creemos que el Espíritu Santo desea llenar continuamente a cada creyente con poder para la vida y el testimonio cristianos, incluyendo der de sus dones sobrenaturales para la edificación de la iglesia y para diversas obras de ministerio en el mundo (Hechos 1:8; Gálatas 5:16-18; 1 Corintios 12:4-7). Debemos anhelar fervientemente la presencia activa de Dios en toda su amplitud, para que Cristo sea magnificado en nuestras vidas, en la iglesia y entre las naciones (Salmo 105:4; 1 Corintios 14:1; Efesios 2:22).
4. Liderazgo complementario en el hogar y en la iglesia
Creemos que el plan glorioso de Dios era crear hombres y mujeres a Su imagen, dándoles una misma dignidad y valor delante de Él, al tiempo que les asigna roles diferentes y complementarios dentro del hogar e iglesia (Génesis 1:26-28; Efesios 5:22-33; 1 Timoteo 2:8-15). Debido a que estos roles dan diferentes expresiones a la imagen de Dios en la humanidad, deben ser valorados y procurados con alegría y fe. Como comunidad redimida de Dios, la iglesia tiene la oportunidad y la responsabilidad de celebrar esta complementariedad, luchar por ella contra la hostilidad cultural y protegerla de las distorsiones pecaminosas.
5. Iglesias gobernadas por ancianos y lideradas por ancianos
Para nosotros, según nuestro contexto tanto sociocultural como de estructura teológica, acogemos el modelo de gobierno presbiteriano. Presbítero es una palabra utilizada en la Biblia, recurrentemente en el libro de Hechos, y proviene del lat. tardío presby̆ter, -ĕri, y este del gr. πρεσβύτερος presbýteros, cuyo significado literal es "anciano". Jesucristo reina como cabeza sobre Su iglesia, y Él da a Sus ancianos (o pastores) para que gobiernen y dirijan las iglesias locales bajo Su autoridad (Colosenses 1:18; Efesios 4:11; Tito 1:5). Creemos que hombres, calificados tanto por su carácter como por sus dones, deben servir como ancianos, pastoreando al pueblo de Dios como pastores de Cristo (1 Timoteo 2:12; 3:1–7; 1 Pedro 5:1–3). La salud de una iglesia depende en gran medida de la salud de sus ancianos, por lo que nuestro objetivo es fortalecer a los ancianos actuales en nuestras iglesias mientras identificamos y capacitamos a los nuevos (Hechos 20:28; 2 Timoteo 2:2).
6. Plantación de iglesias, evangelismo y misión global
La centralidad del evangelio implica no solo atesorar el evangelio personalmente, sino compartirlo con pasión. El Cristo resucitado comisionó a su iglesia para que hiciera discípulos en todas las naciones (Mateo 28:18-20). Creemos que esa comisión nos corresponde a nosotros y a todos los creyentes y que se cumple de manera principal a través de la plantación de iglesias, mediante la cual se proclama el evangelio y los conversos se forman en comunidades de discípulos (Hechos 2:21–47; 14:23). Anhelamos fervientemente llevar a cabo esta misión, confiando por completo en el Espíritu Santo, a fin de ver el evangelio proclamado e iglesias plantadas en todo el mundo, para que Dios sea glorificado en cada tribu, idioma, pueblo y nación (Apocalipsis 7:9-12).
7. Unidos en comunión, misión y forma de gobierno
Creemos que la unidad del pueblo de Dios, por la cual Jesús oró, debe encontrar una expresión concreta entre los creyentes e iglesias. De hecho, el Nuevo Testamento testifica de una interdependencia vibrante entre las iglesias del primer siglo (Juan 17:20–21; Hechos 16:4–5; 1 Corintios 11:16; Gálatas 2:7–10).