Por Raul Zuleta
¿Qué nos motiva a llevar a cabo la misión que Dios nos ha encomendado? Tenemos razones suficientes para predicar las buenas noticias de salvación en este mundo.
Como discípulos de Cristo estamos llamados a cumplir con la misión de difundir el evangelio que lo cambia todo. Y la Palabra de Dios nos muestra las razones que nos deben motivar e impulsar a cumplir esta tarea:
1. Porque fue el último un mandato de Cristo:
En Marcos 16:14-20 claramente podemos observar cómo Jesús les ordenó a sus discípulos que predicarán el evangelio a todo ser humano, y que Él iba a confirmar la palabra que ellos predicarán con grandes señales. Y vemos que la obediencia de sus discípulos fue inmediata, porque el acto siguiente dice que: los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.
Ahora bien, algunos pudieran pensar que ese mandato fue únicamente para los discípulos de aquel momento; pero es necesario entender que todos los Cristianos estamos llamados a cumplir con todo lo que Jesús le mando a hacer a ese pequeño grupo de discípulos en ese momento.
Recordemos que nosotros estamos edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo mismo la piedra angular (Ef 2:19-20).
Otra respuesta a este punto la encontramos en la oración de Jesús por todos los creyentes (Jn 17:20-26). Ya que después de orar por sus doce discípulos, Jesús predice que no solo sus discípulos serían los encargados de predicar el evangelio, sino todos aquellos que creyeran por medio de la palabra que ellos les predicarían.
2. Porque es el medio que lleva a las personas a desarrollar su fe:
Pablo en Romanos 10:13-15, resume un conjunto de afirmaciones que nos proporcionan otra razón más:
Romanos 10:13-15 13porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. 14Ahora bien, ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? 15¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ¡Que hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!
Claramente podemos concluir, que el evangelio explicado fielmente es el medio o el camino que Dios utiliza para llevar a una persona a invocar su nombre (en arrepentimiento y fe) para salvación. Es por esta razón, que Pablo en esa misma narrativa afirma: que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. (vs. 17).
Hay algo que necesitamos tener muy claro: esto no quiere decir que la salvación es obra de quien predica el evangelio. La salvación es del Señor, y es dada de manera gratuita e inmerecidamente.
3. Porque es una de las maneras de contrarrestar la obra de Satanás:
Este es uno de los aspectos activos de nuestra fe. Tengamos en cuenta que cuando Pablo nos dice que nos vistamos con toda la armadura de Dios, para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo. Y para poder resistir en el día malo (Ef 6:11,13). Uno de los instrumentos de dicha armadura es el evangelio (vs 15).
Esto quiere decir, que tengamos la pronta disposición y preparación de proclamar las buenas nuevas de la paz de Dios. Y de manera simbólica, debemos estar dispuestos a ponernos el evangelio como una sandalia en nuestros pies, porque debe ser algo que vaya con nosotros en nuestro andar diario.
Debido a esto, Satanás nunca estará contento cuando cumplamos con nuestra misión. Y utilizará todos los medios posibles para hacer que esta obra no se realice.
4. Porque demuestra el amor hacia el prójimo.
Santiago finaliza su carta diciendo: Si alguno de ustedes se extravía de la verdad, y otro lo hace volver a ella, recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados.
El mayor acto de amor que podemos hacer para con nuestro prójimo, es mostrarle el mensaje del evangelio.
5. Porque trae como resultado llenar de gozo la vida del Cristiano:
El Señor Jesús dijo que hay gozo en cielo cuando un pecador se arrepiente. Y si hay gozo en cielo, también puede haber gozo en la tierra; nosotros también podremos estar gozosos al saber que la predicación del evangelio traerá como fin: glorificar el nombre de Dios, y que toda rodilla se doble ante su presencia.
6.Porque trae como resultado el crecimiento de la Iglesia.
“Hacer discípulos que hagan discípulos”. Al cumplir con nuestra misión, la iglesia crecerá.
Juan era la voz que clamaba en el desierto, pero ¿Quiénes serán las voces que clamen en las universidades, en las calles, en las plazas, en los centros comerciales? ¿Quiénes serán los que después de oír la voz del Señor responderán diciendo: “envíame a mí“?
Finalmente, memoricemos un pasaje Bíblico de gran importancia: “2 Timoteo 1:8a Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor…”